25 Deseando, pues, que también esa nación viva tranquila, decido que se les devuelva el templo y que puedan vivir según las costumbres de sus antepasados.
26 Hazme el favor de enviar algunos delegados que hagan las paces con ellos, para que, conociendo mi determinación, estén tranquilos y puedan dedicarse en paz a sus asuntos.»
27 La carta del rey al pueblo judío decía así:«El rey Antíoco saluda al consejo de ancianos y al pueblo judío.
28 Deseo que ustedes se encuentren bien; yo estoy bien de salud.
29 Menelao me ha manifestado que ustedes desean volver a sus hogares.
30 Por consiguiente, concedo una amnistía a todos los que hayan regresado para el día treinta del mes de Xántico.
31 Los judíos podrán comer sus alimentos especiales y seguir sus leyes como antes. Ninguno de ellos será molestado en manera alguna por las faltas cometidas anteriormente.