4 «Estaba escrito también en ese documento que el profeta, por instrucciones de Dios, se había hecho acompañar por la tienda del encuentro con Dios y el arca de la alianza, y que se había dirigido al monte desde el cual Moisés había visto la tierra prometida por Dios,
5 y que, al llegar allí, Jeremías había encontrado una cueva, en la que depositó el arca de la alianza, la tienda y el altar de los inciensos, después de lo cual tapó la entrada.
6 Algunos de los acompañantes volvieron después para poner señales en el camino, pero ya no pudieron encontrarlo.
7 Jeremías, al saber esto, los reprendió diciéndoles: “Ese lugar debe quedar desconocido hasta que Dios tenga compasión de su pueblo y vuelva a reunirlo.
8 Entonces el Señor hará conocer nuevamente esos objetos; y aparecerán la gloria del Señor y la nube, como aparecieron en tiempos de Moisés y cuando Salomón pidió al Señor que el templo fuera gloriosamente consagrado.”
9 »Se contaba igualmente en ese documento cómo Salomón, que poseía la sabiduría, ofreció el sacrificio de la consagración e inauguración del templo,
10 y que, así como Moisés oró al Señor y del cielo bajó un fuego que consumió el sacrificio, del mismo modo Salomón oró, y bajó del cielo un fuego que consumió todos los animales ofrecidos en holocausto.