18 Al celebrarse en Tiro, en presencia del rey, los juegos que tenían lugar cada cuatro años,
19 el malvado Jasón envió, como representantes de Jerusalén, a algunos en calidad de ciudadanos de Antioquía, para presenciar los juegos, y les dio trescientas monedas de plata para el sacrificio al dios Hércules; pero ellos mismos pensaron que no convenía emplear ese dinero en el sacrificio, sino más bien en otros gastos.
20 Y así, el dinero destinado por Jasón para el sacrificio en honor de Hércules, fue dedicado, por quienes lo llevaban, a equipar barcos de remos.
21 Cuando Apolonio, hijo de Menesteo, fue a Egipto para asistir como delegado a la coronación del rey Filométor, supo Antíoco que Filométor era contrario a su política, y se preocupó por tomar medidas de seguridad. Por eso se dirigió a la ciudad de Jope, y de allí marchó a Jerusalén.
22 Jasón y la ciudad le hicieron un gran recibimiento a la luz de antorchas y entre aclamaciones. Después Antíoco acampó con su ejército en la región de Fenicia.
23 Tres años más tarde, Jasón envió a Menelao, hermano del Simón antes mencionado, para llevar el dinero prometido al rey y tratar asuntos urgentes.
24 Pero Menelao, al presentarse ante el rey, se ganó su favor haciéndose pasar por un personaje importante y, ofreciéndole nueve mil novecientos kilos de plata más que Jasón, logró que le diera a él el cargo de sumo sacerdote.