9 los que no aceptaran las costumbres griegas serían degollados. Todo esto hacía prever la calamidad que se aproximaba.
10 Así, por ejemplo, dos mujeres fueron llevadas al tribunal por haber hecho circuncidar a sus hijos; después de conducirlas públicamente por la ciudad, con los niños colgados de los pechos, las arrojaron desde lo alto de la muralla.
11 Otros, que se habían reunido en cavernas cercanas para celebrar a escondidas el sábado, habiendo sido denunciados ante Filipo, fueron quemados todos juntos, pues por respeto al sábado no quisieron defenderse.
12 Recomiendo a los que lean este libro que no se desconcierten por causa de estas desgracias, sino que consideren que aquellos castigos eran para corregir a nuestro pueblo y no para destruirlo.
13 Pues es señal de gran bondad de Dios no condescender con los pecadores, sino castigarlos pronto;
14 para castigar a las otras naciones, el Señor aguarda con paciencia a que llenen la medida de sus pecados, pero a nosotros
15 nos castiga antes de que lleguemos al extremo de los nuestros.