20 Joab le contestó:—¡Eso ni pensarlo! No es mi intención destruirla ni dejarla en ruinas.
21 No se trata de eso, sino que un hombre de los montes de Efraín, llamado Sebá, se ha levantado en armas contra el rey David. Entréguenmelo a él solo, y yo me retiraré de la ciudad.—Te echaremos su cabeza desde el muro —respondió la mujer a Joab.
22 En seguida fue ella a convencer con su astucia a toda la gente de la ciudad, y le cortaron la cabeza a Sebá y se la arrojaron a Joab. Entonces Joab ordenó que tocaran retirada, y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa, mientras que Joab regresó a Jerusalén para hablar con el rey.
23 Joab quedó al mando de todo el ejército de Israel, en tanto que Benaías, hijo de Joiadá, estaba al mando de la guardia de quereteos y peleteos.
24 Adoram era el encargado del trabajo obligatorio, y el secretario del rey era Josafat, hijo de Ahilud.
25 Sevá era el cronista, y Sadoc y Abiatar los sacerdotes.
26 Irá, del pueblo de Jaír, era también sacerdote de David.