3 Entonces el Señor desistió de su propósito, y dijo:—¡Eso no va a suceder!
4 Esto me mostró el Señor: Le vi enviar como castigo un fuego abrasador, que secó por completo el gran mar profundo y que estaba acabando también con los campos.
5 Yo dije:—¡Deténte, Señor, por favor! ¿Cómo va a resistir tu pueblo Jacob, si es tan pequeño?
6 Entonces el Señor desistió de su propósito, y dijo:—¡Tampoco esto va a suceder!
7 El Señor me mostró también esto: Estaba él junto a un muro, y tenía en la mano una plomada de albañil.
8 Y me preguntó:—¿Qué ves, Amós?—Una plomada de albañil —respondí.Entonces me dijo:—Pues con esta plomada de albañil voy a ver cómo es de recta la conducta de mi pueblo Israel. No le voy a perdonar ni una vez más.
9 Los santuarios de Isaac serán destruidos, y los templos de Israel quedarán en ruinas. ¡Alzaré la espada contra la familia de Jeroboam!