3 Tú estás sentado para siempre en tu trono, y nosotros estamos continuamente a punto de morir.
4 Señor todopoderoso, Dios de Israel, escucha las súplicas de los israelitas condenados a muerte y de los hijos de los que pecaron contra ti y no te hicieron caso, a ti, su Dios y Señor, por lo que nos vinieron tantos males.
5 No te acuerdes de las maldades de nuestros antepasados; acuérdate ahora, más bien, de tu poder y de tu nombre.
6 Tú eres el Señor nuestro Dios, y nosotros, Señor, te alabaremos.
7 Tú has hecho que sintamos reverencia hacia ti, para que te invoquemos. Nosotros te alabaremos ahora que estamos en el destierro, pues hemos alejado de nuestro corazón toda la maldad de nuestros antepasados que pecaron contra ti.
8 Ahora estamos desterrados en este lugar adonde nos dispersaste, cubiertos de injurias y maldiciones, y sufriendo el castigo por todas las maldades de nuestros antepasados, los cuales te abandonaron, Señor, Dios nuestro.”»
9 Escucha, Israel, la instrucción que da vida;pon atención y conoce la sabiduría.