2 «En aquellos días, yo, Daniel, estuve muy triste durante tres semanas.
3 No comí alimentos exquisitos, ni probé carne ni vino, ni me puse ningún perfume hasta que pasaron esas tres semanas.
4 El día veinticuatro del primer mes del año, estaba yo a la orilla del gran río Tigris.
5 De pronto, me fijé y vi un hombre vestido con ropas de lino y un cinturón de oro puro.
6 Su cuerpo brillaba como el topacio, su cara resplandecía como un relámpago, sus ojos eran como antorchas encendidas, sus brazos y sus pies brillaban como el bronce, su voz parecía la de una multitud.
7 »Sólo yo pude ver la visión, pues los hombres que estaban conmigo no se dieron cuenta de nada, porque el miedo se apoderó de ellos y corrieron a esconderse.
8 Yo estaba solo cuando tuve esta gran visión. Me puse completamente pálido y sentí que me faltaban las fuerzas.