34 «Cuando el tiempo de la sentencia se cumplió, yo, Nabucodonosor, miré al cielo y me sentí curado de mi locura; entonces bendije al Dios altísimo y alabé con estas palabras al que vive para siempre:»“Su poder durará siempre;su reino permanecerá de generación en generación.
35 Ante él nada sonlos habitantes de la tierra.Él actúa según su voluntad,tanto en el cielo como en la tierra.No hay nadie que pueda oponerse a su poderni preguntarle por qué actúa como actúa.”
36 »En aquel mismo momento recobré el juicio, el esplendor de mi reino, mi honor y mi grandeza. Mis consejeros y las altas personalidades de mi gobierno vinieron a buscarme, y me puse nuevamente al frente del gobierno de mi nación, llegando a tener un poder todavía mayor del que había tenido antes.
37 »Ahora pues, yo, Nabucodonosor, alabo, honro y glorifico al Rey del cielo, porque todo lo que hace es verdadero y justo, y puede humillar a los que se creen importantes.»