4 »Yo, Nabucodonosor, vivía tranquilo en mi palacio y disfrutaba de una gran prosperidad.
5 Pero una noche, estando ya acostado, tuve un sueño que me espantó, y pensamientos y visiones que me llenaron de terror.
6 Entonces ordené que vinieran a verme todos los sabios de Babilonia, para que me explicaran el significado del sueño.
7 Vinieron todos los magos, adivinos, sabios y astrólogos de Babilonia, y yo les conté el sueño, pero no pudieron decirme lo que significaba.
8 Por último se presentó Daniel, llamado también Beltsasar en honor a mi dios, y cuya vida está guiada por el espíritu del Dios santo, y le conté mi sueño de la siguiente manera:
9 “Beltsasar, jefe de los adivinos, yo sé que el espíritu del Dios santo te guía, y que conoces todos los misterios. Escucha, pues, lo que he visto en mi sueño, y dime lo que significa.
10 Éstas son las visiones que tuve mientras estaba acostado:»”‘En medio de la tierra había un árbol muy alto.