44 [17t] Tú conoces la difícil situación en que me encuentro. Tú sabes que detesto la insignia de reina que llevo en la cabeza cuando me presento en público; la detesto como un paño manchado de sangre impura, y cuando estoy sola nunca me la pongo.
45 [17u] Yo, tu sierva, nunca he comido en la mesa de Amam, ni he apreciado los banquetes del rey, ni he tomado del vino que ofrece a sus dioses.
46 [17v] Desde que me trajeron aquí hasta ahora, nunca he sentido alegría en otro fuera de ti, Señor, Dios de Abraham.
47 [17w] Tú, oh Dios, que tienes poder sobre todos, escucha las súplicas de los que están sin esperanza, y líbranos del poder de los malvados; y a mí, líbrame del peligro que temo.»