28 y luego fueron e hicieron todo tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés y Aarón.
29 A medianoche el Señor hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia, lo mismo al hijo mayor del faraón que ocupaba el trono, que al hijo mayor del que estaba preso en la cárcel, y también a las primeras crías de los animales.
30 El faraón, sus funcionarios, y todos los egipcios, se levantaron esa noche, y hubo grandes gritos de dolor en todo Egipto. No había una sola casa donde no hubiera algún muerto.
31 Esa misma noche el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo:—Váyanse, apártense de mi gente, ustedes y los israelitas. Vayan a adorar al Señor, tal como dijeron.
32 Llévense también sus ovejas y vacas, como querían, y váyanse. Y rueguen a Dios por mí.
33 Los egipcios apuraron a los israelitas para que se fueran pronto de su país, pues pensaban que todos iban a morir.
34 Los israelitas sacaron la masa, todavía sin levadura, y con artesa y todo la envolvieron en sus ropas y se la echaron al hombro.