14 Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto.
15 Como los israelitas no sabían lo que era, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué es?» Y Moisés les dijo:—Éste es el pan que el Señor les da como alimento.
16 Y ésta es la orden que ha dado el Señor: Recoja cada uno de ustedes lo que necesite para comer y, según el número de personas que haya en su casa, tome más o menos dos litros por persona.
17 Los israelitas lo hicieron así. Unos recogieron más, otros menos,
18 según la medida acordada; y ni le sobró al que había recogido mucho, ni le faltó al que había recogido poco. Cada uno había recogido la cantidad que necesitaba para comer.
19 Luego Moisés les dijo:—Nadie debe dejar nada para el día siguiente.
20 Sin embargo, algunos de ellos no hicieron caso a Moisés y dejaron algo para el otro día; pero lo que guardaron se llenó de gusanos y apestaba. Entonces Moisés se enojó con ellos.