3 Pero el pueblo tenía sed, y hablaron en contra de Moisés. Decían:—¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?
4 Moisés clamó entonces al Señor, y le dijo:—¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Un poco más y me matan a pedradas!
5 Y el Señor le contestó:—Pasa delante del pueblo, y hazte acompañar de algunos ancianos de Israel. Llévate también el bastón con que golpeaste el río, y ponte en marcha.
6 Yo estaré esperándote allá en el monte Horeb, sobre la roca. Cuando golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba la gente.Moisés lo hizo así, a la vista de los ancianos de Israel,
7 y llamó a aquel lugar Meribá porque los israelitas le habían hecho reclamaciones, y también lo llamó Masá porque habían puesto a prueba a Dios, al decir: «¿Está o no está el Señor con nosotros?»
8 Los amalecitas se dirigieron a Refidim para pelear contra los israelitas.
9 Entonces Moisés le dijo a Josué:—Escoge algunos hombres y sal a pelear contra los amalecitas. Yo estaré mañana en lo alto del monte, con el bastón de Dios en la mano.