1 El Señor le dijo a Moisés:—Corta tú mismo dos tablas de piedra iguales a las primeras, para que yo escriba en ellas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras tablas, las que hiciste pedazos.
2 Prepárate también para subir al monte Sinaí mañana por la mañana, y preséntate ante mí en la parte más alta del monte.
3 Nadie debe subir contigo, ni se debe ver a nadie por todo el monte; tampoco debe haber ovejas o vacas pastando frente al monte.
4 Moisés cortó dos tablas de piedra iguales a las primeras. Al día siguiente, muy temprano, tomó las dos tablas de piedra y subió al monte Sinaí, tal como el Señor se lo había ordenado.
5 Entonces el Señor bajó en una nube y estuvo allí con Moisés, y pronunció su propio nombre.
6 Pasó delante de Moisés, diciendo en voz alta:—¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios tierno y compasivo, paciente y grande en amor y verdad!
7 Por mil generaciones se mantiene fiel en su amor y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado; pero no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, en los bisnietos y en los tataranietos.