60 Y bendijeron a Rebeca de esta manera:«Oh, hermana nuestra,¡que seas madre de muchos millones!¡Que tus descendientesconquisten las ciudades de sus enemigos!»
61 Entonces Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al siervo de Abraham. Fue así como el siervo tomó a Rebeca y se fue de allí.
62 Isaac había vuelto del pozo llamado «El que vive y me ve», pues vivía en la región del Négueb.
63 Había salido a dar un paseo al anochecer. En esto vio que unos camellos se acercaban.
64 Por su parte, Rebeca también miró y, al ver a Isaac, se bajó del camello
65 y le preguntó al siervo:—¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?—Es mi amo —contestó el siervo.Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara.
66 El siervo le contó a Isaac todo lo que había hecho.