16 Entonces se apartó del camino para acercarse a ella y, sin saber que era su nuera, le dijo:—¿Me dejas acostarme contigo?—¿Qué me vas a dar por acostarte conmigo? —le preguntó ella.
17 —Voy a mandarte uno de los cabritos de mi rebaño —contestó Judá.—Está bien —dijo ella—, pero déjame algo tuyo como prenda hasta que me lo mandes.
18 —¿Qué quieres que te deje? —preguntó Judá.—Dame tu sello con el cordón, y el bastón que tienes en la mano —respondió ella.Judá se los dio y se acostó con ella, y la dejó embarazada.
19 Después Tamar fue y se quitó el velo que tenía puesto, y volvió a ponerse su vestido de viuda.
20 Más tarde Judá mandó el cabrito por medio de su amigo adulamita, para que la mujer le devolviera las prendas, pero su amigo ya no la encontró.
21 Entonces les preguntó a los hombres de ese lugar:—¿Dónde está esa prostituta de Enaim, la que estaba junto al camino?—Aquí no ha estado ninguna prostituta —le contestaron.
22 Entonces él regresó a donde estaba Judá, y le dijo:—No encontré a la mujer, y además los hombres del lugar me dijeron que allí no había estado ninguna prostituta.