5 Desde el día en que Potifar dejó a José a cargo de su casa y de todo lo suyo, el Señor bendijo a Potifar, tanto en su casa como en el campo.
6 Con José al cuidado de todo lo que tenía, Potifar ya no se preocupaba mas que de comer.José era muy bien parecido y causaba buena impresión,
7 así que después de algún tiempo la esposa de su amo se fijó en él, y un día le dijo:—Acuéstate conmigo.
8 Pero José no quiso, y le contestó:—Mire usted, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que tiene, y estando yo aquí, no tiene de qué preocuparse.
9 En esta casa nadie es más que yo; mi amo no me ha negado nada, sino sólo a usted, pues es su esposa; así que, ¿cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios?
10 Y aunque ella insistía con José todos los días para que se acostara con ella y estuviera a su lado, él no le hacía caso.
11 Pero un día José entró en la casa para hacer su trabajo y, como no había nadie allí,