20 Estas vacas flacas y feas se comieron a las primeras siete vacas gordas;
21 pero aunque ya se las habían comido, nadie podría haberse dado cuenta, porque seguían tan flacas como antes.»Me desperté,
22 pero después tuve otro sueño en el que siete espigas de trigo, llenas y hermosas, crecían en un mismo tallo.
23 Detrás de ellas crecían otras siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del este.
24 Estas espigas secas se comieron a las siete espigas hermosas. Yo les conté esto a los adivinos, pero ninguno de ellos pudo decirme su significado.»
25 Entonces José le contestó al faraón:—Los dos sueños que tuvo Su Majestad, son uno solo. Dios le ha anunciado a usted lo que él va a hacer.
26 Las siete vacas hermosas son siete años, lo mismo que las siete espigas hermosas. Es el mismo sueño.