11 Pasan como un huracán;no reconocen más dios que su propia fuerza.»
12 Señor, ¿acaso no existes tú eternamente,mi Dios santo e inmortal?Señor y protector mío,tú has dado fuerza a los caldeospara que ellos ejecuten tu justicia.
13 Tú eres demasiado puro para consentir el mal,para contemplar con agrado la iniquidad;¿cómo, pues, contemplas callado a los criminales,y guardas silencio mientras el malvadodestruye a los que son mejores que él?
14 ¿Por qué tratas a los hombrescomo a peces del mar,como a animales sin gobierno?
15 Los caldeos se apoderan de otras nacionescomo el pescador se apodera del pescado:lo atrapa con anzuelos y con redes,y luego, al verlo todo junto, se llena de alegría.
16 Por eso el pescador adora sus redes y anzuelos,y ofrece sacrificios y quema incienso en su honor,pues gracias a ellos tiene comida buena y abundante.
17 Así, ¿seguirán los caldeos pescándonos con sus redes?¿Seguirán matando sin compasión a la gente?