4 Llegué a sentirme echado de tu presencia;pensé que no volvería a ver tu santo templo.
5 Las aguas me rodeaban por completo;me cubría el mar profundo;las algas se enredaban en mi cabeza.
6 Me hundí hasta el fondo de la tierra;¡ya me sentía su eterno prisionero!Pero tú, Señor, mi Dios,me salvaste de la muerte.
7 Al sentir que la vida se me iba,me acordé de ti, Señor;mi oración llegó a ti en tu santo templo.
8 Los que siguen a los ídolosdejan de serte leales;
9 pero yo, con voz de gratitud,te ofreceré sacrificios;cumpliré las promesas que te hice.¡Sólo tú, Señor, puedes salvar!»
10 Entonces el Señor dispuso que el pez vomitara a Jonás en tierra firme.