5 y los jefes de Galaad mandaron traer a Jefté de la región de Tob,
6 y le dijeron:—Ven, queremos que seas nuestro jefe en la guerra contra los amonitas.
7 Jefté les contestó:—¿Pues no me odiaban ustedes, y hasta me obligaron a irme de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen a buscarme ahora que están en aprietos?
8 —Precisamente porque estamos en aprietos venimos a buscarte —dijeron ellos—. Queremos que vengas con nosotros y pelees contra los amonitas, y que seas el jefe de todos los que vivimos en Galaad.
9 —Pues si ustedes quieren que yo regrese para pelear contra los amonitas, y si el Señor me da la victoria, seré el jefe de ustedes —respondió Jefté.
10 Y los jefes le aseguraron:—El Señor es testigo nuestro de que haremos todo lo que has dicho.
11 Entonces Jefté fue con ellos, y el pueblo lo nombró su jefe y caudillo. En Mispá, Jefté repitió ante el Señor lo que antes había dicho.