12 A estos treinta, Sansón les dijo:—Les voy a decir una adivinanza. Si en los siete días que va a durar la fiesta me dan la respuesta correcta, yo le daré a cada uno de ustedes una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta.
13 Pero si no dan con la respuesta, cada uno de ustedes me tendrá que dar a mí una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta.Y ellos le contestaron:—Dinos, pues, tu adivinanza. Somos todo oídos.
14 Sansón recitó su adivinanza:«Del que comía salió comida;del que era fuerte salió dulzura.»Tres días después, ellos no habían logrado resolver la adivinanza;
15 así que al cuarto día le dijeron a la mujer de Sansón:—Procura que tu marido nos dé la solución de su adivinanza, pues de lo contrario te quemaremos a ti y a la familia de tu padre. ¡Parece que ustedes nos invitaron sólo para quitarnos lo que es nuestro!
16 Entonces ella fue a ver a Sansón, y llorando le dijo:—¡Tú no me quieres! ¡Tú me odias! Les has propuesto una adivinanza a mis paisanos, pero a mí no me has dado a conocer la respuesta.Y Sansón le contestó:—Si ni a mi padre ni a mi madre se lo he dicho, mucho menos te lo voy a decir a ti.
17 Pero ella siguió llorando junto a él los siete días que duró la fiesta, y tanto le insistió que, por fin, al séptimo día le dio la respuesta. Entonces ella fue y se la dio a conocer a sus paisanos.
18 Al séptimo día, antes de que el sol se pusiera, los filisteos fueron a decirle a Sansón:«Nada hay más dulce que la miel,ni nada más fuerte que el león.»Sansón les respondió:«Sólo porque araron con mi ternera,pudieron dar con la respuesta.»