10 Pero el levita no quiso quedarse otra noche más, sino que se fue con su concubina y su criado y sus dos asnos ensillados. Cuando tuvieron ante ellos a Jebús, es decir, Jerusalén,
11 el criado le dijo al levita:—¿Qué le parece a usted si pasamos la noche en esa ciudad de jebuseos?
12 Y el levita le respondió:—No vamos a ir a ninguna ciudad que no sea israelita. Sigamos hasta Guibeá,
13 y procuremos pasar la noche ya sea en Guibeá o en Ramá.
14 Así pues, siguieron adelante, y cuando el sol se ponía llegaron a Guibeá, ciudad de la tribu de Benjamín.
15 Entonces se apartaron del camino y entraron en Guibeá para pasar la noche, y el levita fue y se sentó en la plaza de la ciudad porque nadie les ofrecía alojamiento.
16 Por fin, ya de noche, pasó un anciano que regresaba de trabajar en el campo. Este anciano era de los montes de Efraín, y vivía allí como forastero, pues los que vivían en Guibeá eran de la tribu de Benjamín.