13 Pero la vid les dijo que no, pues para ser rey de los árboles tendría que dejar de dar su vino, el cual sirve para alegrar tanto a los hombres como a Dios.
14 »Por fin, los árboles le pidieron a un espino que fuera su rey.
15 Y el espino les dijo que, si de veras querían que él fuera su rey, todos tendrían que ponerse bajo su sombra; pero si no querían que él fuera su rey, saldría de él un fuego que destruiría los cedros del Líbano.
16 »Y ahora, yo les pregunto: ¿Han actuado ustedes con verdad y honradez al hacer rey a Abimélec? ¿Han tratado a Jerubaal y a su familia con la misma bondad con que él los trató a ustedes?
17 Porque mi padre arriesgó su vida por ustedes cuando peleó para librarlos del poder de los madianitas;
18 ustedes, en cambio, se han rebelado contra la familia de mi padre, y han matado a sus setenta hijos contra una misma piedra. Por si fuera poco, han nombrado rey a Abimélec, hijo de la concubina de Jerubaal, sólo porque él es pariente de ustedes.
19 Pero yo les digo hoy: Si ustedes han tratado con verdad y honradez a Jerubaal y a su familia, que les vaya bien con Abimélec, y a él con ustedes;