35 el dueño de la casa irá a ver al sacerdote, y le dirá: “Me parece que hay una plaga en mi casa.”
36 »El sacerdote, antes de entrar en la casa, ordenará que la desocupen, para que no se vuelva impuro todo lo que hay en ella. Después entrará a examinar la plaga.
37 »Si al examinar la plaga nota el sacerdote que las paredes de la casa presentan manchas profundas de color verdoso o rojizo, las cuales se hunden en la pared,
38 saldrá de la casa y ordenará mantenerla cerrada durante siete días.
39 Al séptimo día volverá el sacerdote a examinarla, y si la plaga se ha extendido por las paredes de la casa,
40 dará órdenes de que se quiten las piedras que tengan esa mancha y se arrojen en un lugar impuro fuera de la ciudad;
41 dará órdenes también de que se raspe todo el interior de la casa, y de que el polvo raspado se arroje a un lugar impuro fuera de la ciudad.