9 »En el caso de los animales que se pueden ofrecer al Señor, todo animal que se entregue al Señor quedará consagrado,
10 y no podrá ser cambiado por otro animal, ya sea mejor o peor. En caso de que haya cambio, tanto el animal ofrecido como el animal dado a cambio quedarán consagrados.
11 »En el caso de un animal impuro, que no puede ser ofrecido al Señor, se llevará el animal al sacerdote
12 para que éste fije la contribución correspondiente, según la calidad del animal. La contribución fijada por el sacerdote deberá ser aceptada,
13 y si se quiere recuperar el animal, se deberá dar una quinta parte más de la contribución establecida.
14 »Si alguien consagra su casa al Señor, el sacerdote establecerá su valor según la calidad de la casa. El cálculo del sacerdote deberá ser aceptado.
15 Pero en caso de que el que consagró la casa quiera rescatarla, deberá dar una quinta parte más del valor en que había sido calculada, y la casa volverá a ser suya.