14 Y ahora también me ha enviado Dios a sanarte, lo mismo que a Sara, tu nuera.
15 Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio del Señor y que pueden entrar ante su presencia gloriosa.
16 Los dos se asustaron mucho y se arrodillaron inclinándose hasta el suelo, llenos de miedo.
17 Pero el ángel les dijo:—¡No tengan miedo! ¡Tranquilícense! Alaben siempre a Dios.
18 Si yo he estado con ustedes, no fue porque yo lo quisiera, sino porque Dios lo dispuso. Denle gracias a él todos los días, alábenlo a él.
19 Cuando me veían comer y beber, no era a mí realmente a quien veían, sino a una visión.
20 Den gracias ahora al Señor de la tierra, alaben a Dios. Yo voy a subir a Dios, que me envió. Pongan por escrito todo lo que les ha sucedido.Y se elevó.