14 Tobit le dijo:—¡Bienvenido, amigo! Y no te molestes porque haya querido saber la verdad preguntándote por tu familia. Resulta que tú eres pariente nuestro. Eres de una familia excelente. Yo conocí a Ananías y a Natán, los dos hijos de Semelías el viejo. Yo iba con ellos a Jerusalén a asistir al culto divino, y no se han apartado del buen camino. ¡Qué gente tan buena son tus parientes! Eres de una familia excelente. ¡Bienvenido!
15 Luego añadió:—Yo te pagaré una dracma por día, además de darte todo lo que necesites en la misma forma que a mi hijo.
16 Acompaña a mi hijo en este viaje, y todavía te daré algo más fuera de tu sueldo.
17 El ángel respondió:—Yo iré con él. No temas. Volveremos a ti tan sanos y salvos como nos vamos. El camino es seguro.Tobit dijo:—¡Que Dios te bendiga, amigo!Entonces llamó a su hijo y le dijo:—Hijo, prepárate para el viaje y vete con tu amigo. Que Dios desde el cielo los proteja y les ayude a volver a mí sanos y salvos. Que el ángel de Dios los acompañe y los proteja, hijo mío.Tobías besó a su padre y a su madre, y emprendió el viaje.Tobit le deseó:—¡Que tengas buen viaje!
18 La madre de Tobías empezó a llorar, y dijo a Tobit:—¿Para qué mandaste a mi hijo a ese viaje? Él es nuestro apoyo, y quien nos acompaña siempre.
19 ¿Para qué queremos más dinero? ¡Sería preferible perder la plata a perder a nuestro hijo!
20 Para vivir, nos basta con lo que el Señor nos ha dado.