11 Cuando terminaron de cavar la fosa, volvió Ragüel a la casa, llamó a su esposa
12 y le dijo: «Manda a una de las criadas que entre y vea si Tobías está vivo. Y si está muerto, lo enterraremos sin que nadie se dé cuenta.»
13 Mandaron a la criada, encendieron una lámpara y abrieron la puerta. La criada entró, y encontró a Tobías y a Sara profundamente dormidos el uno junto al otro.
14 Salió entonces y les avisó que Tobías estaba vivo y que no le había pasado nada malo.
15 Entonces Ragüel alabó al Dios del cielo, diciendo: «¡Alabado seas, oh Dios, con toda alabanza pura! ¡Alabado seas por todos los siglos!
16 Alabado seas porque me has llenado de alegría, y no sucedió lo que yo temía, sino que nos trataste de acuerdo con tu inmensa bondad.
17 Alabado seas porque tuviste compasión de estos dos hijos únicos. Ten misericordia de ellos, Señor, y protégelos. Concédeles hasta el fin una vida llena de felicidad y de tus favores.»