4 Porque cuando uno afirma: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo soy de Apolo», están manteniendo criterios puramente humanos.
5 A fin de cuentas, ¿qué es Apolo?, ¿qué es Pablo? Simplemente servidores, por medio de los cuales ustedes han llegado a la fe. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le señaló:
6 yo sembré y Apolo regó, pero Dios es quien hizo crecer lo sembrado.
7 De manera que ni el que siembra ni el que riega son nada, sino que Dios lo es todo, pues él es quien hace crecer lo sembrado.
8 Los que siembran y los que riegan son iguales, aunque Dios pagará a cada uno según su trabajo.
9 Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y ustedes son un sembrado y una construcción que pertenecen a Dios.
10 Yo fui el maestro albañil al cual Dios en su bondad encargó poner los fundamentos, y otro está construyendo sobre ellos. Pero cada uno debe tener cuidado de cómo construye,