1 Así también ustedes, las esposas, sométanse a sus esposos, para que, si algunos de ellos no creen en el mensaje, puedan ser convencidos, sin necesidad de palabras, por el comportamiento de ustedes,
2 al ver ellos su conducta pura y reverente para con Dios.
3 Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos,
4 sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios.