7 Pero no hagas caso de cuentos mundanos y tontos. Ejercítate en la piedad;
8 pues aunque el ejercicio físico sirve para algo, la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro.
9 Esto es muy cierto, y todos deben creerlo.
10 Por eso mismo trabajamos y luchamos, porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.
11 Estas cosas tienes que mandar y enseñar.
12 Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida.
13 Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos.