3 Que Dios el Padre, y Jesucristo, Hijo del Padre, derramen su gracia sobre ustedes y les den misericordia y paz, en verdad y en amor.
4 Me he alegrado mucho de encontrar a algunos de los tuyos viviendo conforme a la verdad, como Dios el Padre nos ha mandado.
5 Ahora, queridos hermanos, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Esto que les escribo no es un mandamiento nuevo, sino el mismo que recibimos desde el principio.
6 El amor consiste en vivir según los mandamientos de Dios, y el mandamiento, como ya lo han oído ustedes desde el principio, es que vivan en el amor.
7 Pues andan por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo vino como hombre verdadero. El que es así, es el engañador y el Anticristo.
8 Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
9 Cualquiera que pretenda avanzar más allá de lo que Cristo enseñó, no tiene a Dios; pero el que permanece en esa enseñanza, tiene al Padre y también al Hijo.