3 Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron, y sobre cada uno de ellos se asentó una.
4 Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablaran.
5 Vivían en Jerusalén judíos cumplidores de sus deberes religiosos, que habían venido de todas partes del mundo.
6 La gente se reunió al oír aquel ruido, y no sabía qué pensar, porque cada uno oía a los creyentes hablar en su propia lengua.
7 Eran tales su sorpresa y su asombro, que decían:—¿Acaso no son galileos todos estos que están hablando?
8 ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestras propias lenguas?
9 Aquí hay gente de Partia, de Media, de Elam, de Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y de la provincia de Asia,