3 Pero Pablo le contestó:—¡Dios le va a pegar a usted, hipócrita! Si usted está sentado ahí para juzgarme según la ley, ¿por qué contra la ley manda que me peguen?
4 Los que estaban presentes le dijeron:—¿Así insultas al sumo sacerdote de Dios?
5 Pablo dijo:—Hermanos, yo no sabía que fuera el sumo sacerdote; pues en la Escritura dice: “No maldigas al que gobierna a tu pueblo.”
6 Luego, dándose cuenta de que algunos de la Junta eran del partido saduceo y otros del partido fariseo, dijo Pablo en voz alta:—Hermanos, yo soy fariseo, de familia de fariseos; y se me está juzgando porque espero la resurrección de los muertos.
7 En cuanto Pablo dijo esto, los fariseos y los saduceos comenzaron a discutir entre sí, y se dividió la reunión.
8 Porque los saduceos dicen que los muertos no resucitan, y que no hay ángeles ni espíritus; en cambio, los fariseos creen en todas estas cosas.
9 Todos gritaban; y algunos maestros de la ley, que eran del partido fariseo, se levantaron y dijeron:—Este hombre no ha hecho nada malo; tal vez le ha hablado un espíritu o un ángel.