31 Moisés se asombró de aquella visión, y cuando se acercó para ver mejor, oyó la voz del Señor, que decía:
32 “Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Moisés comenzó a temblar de miedo, y no se atrevía a mirar.
33 Entonces el Señor le dijo: “Descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado.
34 Claramente he visto cómo sufre mi pueblo, que está en Egipto. Los he oído quejarse y he bajado para librarlos. Por lo tanto, ven, que te voy a enviar a Egipto.”
35 »Aunque ellos habían rechazado a Moisés y le habían dicho: “¿Quién te nombró jefe y juez?”, Dios lo envió como jefe y libertador, por medio del ángel que se le apareció en la zarza.
36 Y fue Moisés quien sacó de Egipto a nuestros antepasados, después de hacer milagros en aquella tierra, en el Mar Rojo, y en el desierto durante cuarenta años.
37 Este mismo Moisés fue quien dijo a los israelitas: “Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo.”