15 Jesús le preguntó:—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo.
16 Jesús entonces le dijo:—¡María!Ella se volvió y le dijo en hebreo:—¡Rabuni! (que quiere decir: «Maestro»).
17 Jesús le dijo:—No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.
18 Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho.
19 Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:—¡Paz a ustedes!
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor.
21 Luego Jesús les dijo otra vez:—¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.