13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.
14 Hacia la mitad de la fiesta, Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar.
15 Los judíos decían admirados:—¿Cómo sabe éste tantas cosas, sin haber estudiado?
16 Jesús les contestó:—Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió.
17 Si alguien está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, podrá reconocer si mi enseñanza viene de Dios o si hablo por mi propia cuenta.
18 El que habla por su cuenta, busca su propia gloria; pero quien busca la gloria del que lo envió, ése dice la verdad y en él no hay nada reprochable.
19 »¿No es verdad que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?