38 Entonces el hombre se puso de rodillas delante de Jesús, y le dijo:—Creo, Señor.
39 Luego dijo Jesús:—Yo he venido a este mundo para hacer juicio, para que los ciegos vean y para que los que ven se vuelvan ciegos.
40 Algunos fariseos que estaban con él, al oír esto, le preguntaron:—¿Acaso nosotros también somos ciegos?
41 Jesús les contestó:—Si ustedes fueran ciegos, no tendrían culpa de sus pecados. Pero como dicen que ven, son culpables.