35 El ángel le contestó:—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.
36 También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está encinta desde hace seis meses.
37 Para Dios no hay nada imposible.
38 Entonces María dijo:—Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.Con esto, el ángel se fue.
39 Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea,
40 y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le estremeció en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo.