1 Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo.
2 Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo:—Éste recibe a los pecadores y come con ellos.
3 Entonces Jesús les dijo esta parábola:
4 «¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla?
5 Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros,
6 y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.”
7 Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.