64 Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.
65 Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:—¡Adivina quién te pegó!Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.
66 Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote;
67 y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:—Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.
68 Pedro lo negó, diciendo:—No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo.
69 La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:—Éste es uno de ellos.
70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:—Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.