10 Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.Entonces le dijo al paralítico:
11 —A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
12 El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos. Por esto, todos se admiraron y alabaron a Dios, diciendo:—Nunca hemos visto una cosa así.
13 Después fue Jesús otra vez a la orilla del lago; la gente se acercaba a él, y él les enseñaba.
14 Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:—Sígueme.Leví se levantó y lo siguió.
15 Sucedió que Jesús estaba comiendo en casa de Leví, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, estaban también sentados a la mesa, junto con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
16 Algunos maestros de la ley, que eran fariseos, al ver que Jesús comía con todos aquellos, preguntaron a los discípulos:—¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?