17 Es que, por causa de Herodías, Herodes había mandado arrestar a Juan, y lo había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Filipo, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella.
18 Y Juan había dicho a Herodes: «No debes tener como tuya a la mujer de tu hermano.»
19 Herodías odiaba por eso a Juan, y quería matarlo; pero no podía,
20 porque Herodes le tenía miedo, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Y aunque al oírlo se quedaba sin saber qué hacer, Herodes escuchaba a Juan de buena gana.
21 Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea.
22 La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y el baile gustó tanto a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:—Pídeme lo que quieras, y te lo daré.
23 Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuera la mitad del país que él gobernaba.