10 Pues Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y “El que maldiga a su padre o a su madre, será condenado a muerte.”
11 Pero ustedes afirman que un hombre puede decirle a su padre o a su madre: “No puedo ayudarte, porque todo lo que tengo es corbán” (es decir: «ofrecido a Dios»);
12 y también afirman que quien dice esto ya no está obligado a ayudar a su padre o a su madre.
13 De esta manera ustedes anulan la palabra de Dios con esas tradiciones que se trasmiten unos a otros. Y hacen otras muchas cosas parecidas.
14 Luego Jesús llamó a la gente, y dijo:—Escúchenme todos, y entiendan:
15 Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro.
17 Cuando Jesús dejó a la gente y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre esta enseñanza.