35 Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:—Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos.
36 Luego puso un niño en medio de ellos, y tomándolo en brazos les dijo:
37 —El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe, sino también a aquel que me envió.
38 Juan le dijo:—Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.
39 Jesús contestó:—No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí.
40 El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.
41 Cualquiera que les dé a ustedes aunque sólo sea un vaso de agua por ser ustedes de Cristo, les aseguro que tendrá su premio.