6 y que cualquiera que diga esto, ya no está obligado a ayudar a su padre o a su madre. Así pues, ustedes han anulado la palabra de Dios para seguir sus propias tradiciones.
7 ¡Hipócritas! Bien habló el profeta Isaías acerca de ustedes, cuando dijo:
8 “Este pueblo me honra con la boca,pero su corazón está lejos de mí.
9 De nada sirve que me rinda culto;sus enseñanzas son mandatos de hombres.”
10 Luego Jesús llamó a la gente y dijo:—Escuchen y entiendan:
11 Lo que entra por la boca del hombre no es lo que lo hace impuro. Al contrario, lo que hace impuro al hombre es lo que sale de su boca.
12 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:—¿Sabes que los fariseos se ofendieron al oír lo que dijiste?