8 “Este pueblo me honra con la boca,pero su corazón está lejos de mí.
9 De nada sirve que me rinda culto;sus enseñanzas son mandatos de hombres.”
10 Luego Jesús llamó a la gente y dijo:—Escuchen y entiendan:
11 Lo que entra por la boca del hombre no es lo que lo hace impuro. Al contrario, lo que hace impuro al hombre es lo que sale de su boca.
12 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:—¿Sabes que los fariseos se ofendieron al oír lo que dijiste?
13 Él les contestó:—Cualquier planta que mi Padre celestial no haya plantado, será arrancada de raíz.
14 Déjenlos, pues son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro, los dos caerán en algún hoyo.