8 »Cuando llegó la noche, el dueño dijo al encargado del trabajo: “Llama a los trabajadores, y págales comenzando por los últimos que entraron y terminando por los que entraron primero.”
9 Se presentaron, pues, los que habían entrado a trabajar alrededor de las cinco de la tarde, y cada uno recibió el salario completo de un día.
10 Después, cuando les tocó el turno a los que habían entrado primero, pensaron que iban a recibir más; pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día.
11 Al cobrarlo, comenzaron a murmurar contra el dueño,
12 diciendo: “Éstos, que llegaron al final, trabajaron solamente una hora, y usted les ha pagado igual que a nosotros, que hemos aguantado el trabajo y el calor de todo el día.”
13 Pero el dueño contestó a uno de ellos: “Amigo, no te estoy haciendo ninguna injusticia. ¿Acaso no te arreglaste conmigo por el salario de un día?
14 Pues toma tu paga y vete. Si yo quiero darle a éste que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti,